La siempre activa escena local se reavivó luego de la obligada pausa impuesto por la pandemia. Hubo pocas (pero buenas) visitas internacionales, creció la agenda de shows, florecieron nuevos espacios y músicos emergentes dieron un paso al frente
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Fernando Ríos15 de Diciembre de 2022El jazz argentino en 2022 recobró su plenitud luego de la obligada pausa por la pandemia
Las mil facetas que el jazz asume cuando los músicos lo invocan, marcaron a pura pasión la escena local de un 2022, signada por el regreso de la presencialidad, luego de dos calendarios en los que la pandemia levantó un muro de inapelable entre público y artistas.
Y entonces la música con su bálsamo melódico, al decir del español Fernando Aramburu; volvió a congregar a los aficionados, levantó las persianas de los clubes y pobló de entusiasmo postergado cientos de escenarios hasta aquí vacíos.
Tanto el Festival Internacional de Buenos Aires el último noviembre, con el norteamericano Antonio Hart y el suizo Nick Bärcht entre las figuras invitadas; como el Córdoba, el de Salta, Rosario o el más reciente de Mar del Plata, todos poblados de figuras locales; oficiaron de cierre para un año sostenido a puro esfuerzo por la creciente creatividad de sus artistas.Antonio Hart en Bebop Club (Foto: Laura Tenenbaum)
El año que se va marcó el esperado regreso al país de Pat Metheny. Por la pandemia el guitarrista de Misuri había reprogramado los shows previstos en el 2020 en el Gran Rex de Buenos Aires. Concretados ahora, Metheny se erigió como la principal atracción de un calendario signado por la escasa llegada de figuras internacionales, más por razones económicas que sanitarias.
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Completaron la agenda internacional el cubano Arturo Sandoval y su potente Latin jazz, los chilenos del Sebastián Jordan Quinteto, el grupo multinacional Slowfox, y los norteamericanos Kamasi Washington quien puso a bailar al público porteño en el Complejo Art Media, Terence Blanchard y el talentoso Branford Marsalis, quien bajó al sur para participar del Mendoza Sax Fest.En 2022, Pat Metheny concretó su esperado regreso a la Argentina (Foto: Laura Tenenbaum)
Pero más allá de estas excepcionalidades, el jazz local se pobló de variadas propuestas, nuevos proyectos y figuras emergentes; aunque los espacios para mostrarse siguieron siendo escasos. No obstante en 2022 al tradicional circuito porteño integrado por los palermitanos Bebop, Thelonious y Virasoro, el renovado Roseti, Prez en Recoleta y los pujantes Cuerda Mecánica y Morán; se agregó el Café Berlín en el barrio de Devoto, con una variada programación en la que destacó el debut de la “Why Not Big Band”, dirigida por Martín Pantyrer e integrada por alumnos del conservatorio.
Como todos los años, también en este aparecieron grabaciones de interés, aunque la materialización en un disco físico se convirtió en una utopía. En el jazz local el CD ha oficiado siempre como una carta de presentación para el artista, que suele pagar la edición de su propio bolsillo, lo distribuye en los shows y en la prensa y lo presenta en los locales para gestionar nuevas fechas. Pero la lenta agonía del compacto modificó drásticamente este panorama, condenando al artista a la tiranía del streaming, con escaso beneficio económico y poca difusión.Pipi Piazzolla, a la par de su actividad con Escalandrum, publicó un nuevo disco en trio (Foto: Laura Pribluda)
Aun así, no escasearon las propuestas de interés, como Stick Shot, la cuarta placa del Pipi Piazzolla trio que completan Lucio Balduini y Damian Fogiel, con edición física en CD y vinilo a cargo del Club del Disco y el excelente Unánime de Roxana Amed, grabado en los Estados Unidos junto a figuras como El Niño Josele, Pedro Aznar y Chucho Valdéz, que le valió el Premio Gardel al Mejor Disco de Jazz, un reconocimiento nunca antes alcanzado por una mujer.
Merecen reconocimiento en este repaso, por su originalidad y talento, registros como Resonar, el último trabajo de Pepe Angelillo, pleno de riesgo y sutileza junto al “Mono” Hurtado y Carto Brandan; Lunar, nuevo disco del inquieto Juan Pablo Arredondo acompañado por Pía Hernández y Juan Pablo Navarro; Living at the end of the world, del trompetista Michael Sarian editado por ears&eyes Records, Reboot. Sesiones pandémicas, el trabajo más arriesgado de Nicolás Ojeda al frente de un creativo grupo que incluye a Carlos Lastra en saxos y Última chance del siempre vigente Juan Cruz de Urquiza.Why Not Big Band con dirección de Martín Pantyrer
Dentro de la última avanzada generacional destacaron en este calendario Cambios del saxofonista Juan Torres Fernández, Limbo del clarinetista Emma Famin; Será niebla de Nicolás Politzer, Sonidos intensos de Fran Nava y Constelaciones de Gastón de la Cruz. Capítulo aparte para las cantantes que sumaron su aporte para el crecimiento del género. En el calendario que se va el aficionado pudo conocer los nuevos trabajos de Julia Moscardini con su mirada sobre Duke Ellington; Paula Meijide y su creativa sintonía con distintos guitarristas, los standards revisionados por Julieta Kitman y las expresiones más experimentales de Luciana Morelli y Lucía Boffo.
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En las fronteras del jazz y en el cruce con otras músicas, volvió a destacar el pianista bonaerense Sebastián Zanetto, quien en 2018 produjera el exquisito con Tiempo, etcétera y que aquí regresa nuevamente creativo con Micelio, al frente de su grupo Rizoma. En ese lineamiento se inscribe Martín Robbio, ahora radicado en Brasil, con Son, su último trabajo en formación de trío con el percusionista Facundo Guevara como invitado y el delicado Mientras la lluvia del multifacético Osvaldo Brizuela junto con Juampy Juárez y Lucio Balduini.Martín Dellavedoba y Cristian Andrada, la pujanza del jazz cordobés (Foto: Dante Ascaino)
Desde el interior llegaron registros interesantes, como Remanso la última entrega del talentoso contrabajista cordobés Cristian Andrada, 23/14 de su coterráneo Martín Dellavedova; Un caos lúcido de la pianista rosarina Rocío Giménez López editado por BlueArt y Noctámbulos de la Orquesta Inorgánica, comandada por Jorge Torrecillas. Se conocieron además adelantos de lo que será el primer disco de la Big Band Regional, el proyecto generado por Valentín Reiners e Ingrid Feniger, integrado por artistas de Olavarría, Tandil, Azul, Coronel Suárez, Tres Arroyos, González Chaves y Pehuajó y que recientemente tuvo su noche en el Festival de Buenos Aires.
Fue prolífica también la producción de los músicos argentinos que viven en el exterior. En este breve repaso destacan los trabajos de la joven saxofonista Camila Nebbia radicada en Berlín, del pianista Santiago Leibson y la saxofonista Julieta Eugenio en Nueva York, Impasse, lo nuevo del experimentado guitarrista Guillermo Bazzola desde su refugio en Madrid, como las más recientes producciones de los “europeos” Sebastián de Urquiza, Guillermo Celano, Marcos Baggiani y Natalio Sued. A ellos se suma el pianista Leo Genovese, quien más allá de su propia producción se constituyó como el primer músico argentino que participó en un disco del legendario Wayne Shorter: Live at the Detroit Jazz Festival, junto con Esperanza Spalding y Terri Lyne Carrington.Camila Nebbia, joven presencia argentina en Europa
Sobre el final del año, el aficionado al jazz, tan apasionado por escuchar música como a leer sobre ella, vio cumplido un deseo largamente postergado. La reciente edición del libro Gato Barbieri. Un sonido para el Tercer Mundo, de Sergio Pujol, editado por Planeta; vino a llenar un vacío que ya resultaba inexplicable. Con un fino trazo novelístico, como en los mejores textos del nuevo periodismo, Pujol se lanza sin red a contar una vida que fue mil vidas. Y ofrece así una mirada única, su propia mirada; documentada y analítica, sobre aquel músico rosarino, introvertido, pasional y tantas veces renacido; al que todos llamaban Gato.
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El 2022 fue otro calendario en el que la actualidad jazzera local fue ignorada por los medios gráficos masivos y solo encontró refugio en portales como la revista online argentjazz y unos pocos espacios radiales. Entre estos “Solo Como Perro Malo”, que Carlos Cerignale difunde los martes desde hace 15 años por la web con entrevistas y un detallado seguimiento de la actividad; “Body & Soul”, con “Bocha” Sabastano en la radio de la Universidad de Belgrano, “La Herrería” con Claudio Parisi en Radio Belgrano y “NoTanDistintos”, que Guillermo Blanco Alvarado y Alberto Rosso difunden por FM.El contrabajista, bajista y compositor cordobés Nicolas Ojeda, una de las grandes figuras del jazz argentino en 2022 (Foto: Andrea Romio)
A esta diversidad se sumó desde la ciudad de Buenos Aires la FM Blackie, con 24 horas diarias de jazz que incluyen segmentos para el jazz nacional. Desde el interior sumaron su aporte a la difusión “Impronta de Jazz”, con Miki Almada, por LV 15 de Villa Mercedes; desde Córdoba “La Nota Azul”, en la 99.5 con Franco Boczkowski y “Despuntando el vicio” del periodista Adrián Baigorria, con 17 años de emisión ininterrumpida, tal como Martín Gorostiague y “La cocina del jazz” en la salteña FM La Plaza. Esfuerzos casi siempre personales para que el jazz argentino pueda seguir mostrando su indudable progreso.