Un nuevo sonido, nuevas melodías, jazz local de la mano de «Posibles días en sueños», el primer disco de Nicolás Ojeda Quinteto, una propuesta acústica con impronta onírica invita a detenerse y escuchar.

El sábado 18, a las 19.30, la Casa Nacional del Bicentenario (Riobamba 985), será la presentación inaugural (con entrada libre y gratuita), de un disco grabado en 2011, aún no estrenado.

«Este primer material surgió después de mucho trabajo sobre mi música y sobre lo que quiero ‘decir’ con ella», reflexiona el contrabajista cordobés y reconoce el aporte de músicos que «admira mucho» y que «entendieron lo que quería hacer sin muchas palabras de por medio».

Se refiere a Mariano Agustoni, en piano y rhodes; Tomás Babjaczuk, en batería; Mauro Mourelos, en flugel horn y trompeta, y Nicolás Olivera, en guitarra eléctrica, quienes ingresaron junto a Ojeda al estudio de grabación «Casa Frida» en febrero de 2011 para dar cuerpo a este primer material.

En ese encuentro, el quinteto grabó ocho composiciones propias, seis que integran el disco y otras dos, que integrarán el repertorio que interpreten el sábado con una formación similar a la ya mencionada, a excepción de Agustoni quien será reemplazado por Ernesto Amstein.

«Posibles días en sueños es un disco de conclusiones y con miras a un futuro diferente», dice Ojeda y lo define así: «Un material muy ecléctico que tiene la influencia de la música que me nutrió en mi vida», que van del funk al folclore moderno pasando por performances experimentales.

La del sábado será la primera presentación formal del CD y Ojeda planea ser «bastante fiel al disco» aunque sin perder de vista el «alto porcentaje de improvisación» que involucra el vivo, «así que nada se puede saber con certeza».

Pero, entre la la grabación de 2011 y la presentación del 18 de mayo próximo pasaron meses en los que el cordobés repartió su tiempo entre proyectos variados, formaciones casuales y su otro grupo, «Residual», aunque «cada dos o tres meses trato de tocar mi propia música».

Al mirar a su alrededor, Ojeda reconoce una coyuntura jazzera «muy saludable», caracterizada por propuestas «muy interesantes y de alta calidad, casi todas independientes o de sellos chicos» dijo y evaluó que «a pesar de ser una época difícil para los músicos, sobre todo para los independientes, hay mucho aporte de distintas vertientes como el folclore o el tango, y hace que sea interesante a nivel internacional lo que se produce acá».